sábado, 12 de mayo de 2012

Niños en Situación de calle -Problemáticas de la Educación-


Problemáticas de la Educación:
Niños en situación de calle

Trabajo Práctico
Instituto Superior Marista
Mayo 2012
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-Introducción-

JUANCITO        

              El pequeño entró al vagón con paso apresurado pero inseguro. Apenas una mano estirada para asirse de  algo que lo estabilizara, mientras intentaba mantener el equilibrio cuando sostenía un yogurt con la otra. Es muy pequeño, su cuerpo delgado y su escasa estatura nos dice que tiene que tener entre 3 o 4 años. Su carita sucia de ojos brillantes y grandes, demuestran una madurez y seguridad que no es común a esa edad. La  ropa un tanto desalineada deja entrever que hace bastante que la lleva puesa.t

Juancito –sí, le pondremos un nombre, este u otro, pero en diminutivo, porque lo merece, porque le corresponde, porque se lo debemos, porque es un niño- elevó su mirada y girando la cabeza  se dirigió a la joven mujer que sostenía en sus brazos un bebe - ¿su madre, quizás?-  y le dijo: “¿comienzo por acá?”. Solo obtuvo como respuesta  un gesto afirmativo y luego ver su espalda mientras se dirigía a otro vagón.
              Juancito quedó allí solo, parado en el medio del subterráneo haciendo equilibrio, mientras era esquivado por  pasajeros que se apuraban para ocupar los asientos.
              Pareciendo un malabarista se las arreglo para destapar el yogurt que comenzó a comer con avidez, a la vez empezaba a recorrer el pasillo y a repartir una pequeña estampita. Sus ojos te miraban -no se si te veían- el apuro era terminar de comer sin que se cayera el tarrito, a la vez tenía que repartir y juntar las estampas antes que el tren se detuviera.
              Los pasajeros, distraídos en su trajinar, apenas prestaban atención. Solo cuando se acercaba y  ponía enfrente la estampita, te llamaba la atención esa pequeña manito de uñas sucias, secas, que con gesto casi indiferente te exigía la tomaras. Después un cruce de miradas, y  la sorpresa mezclada con el dolor- ¿horror?-  de ver una criatura tan pequeña, sola en ese vagón. Se notó un silencio generalizado cuando casi todos los presentes comenzaron a tomar conciencia de su presencia, salieron de los bolsillos algunas que otras monedas, y hasta un caramelo –el único que le arrancó una sonrisa-, una que otra mirada, ojos que se agachaban en gesto de vergüenza y alguna sonrisa como pidiéndole perdón por su suerte…
               Y muy dentro de todos fueron surgiendo  interrogantes:  “¿Porqué tenía que ocurrirle esto?”, “¿Por qué me duele más él, que otro niño no mucho más grande?”, “¿Por qué es tan poco lo que hago?”, “¿…y sus padres?, “¿Por qué vivimos así?”. Y sentir en nuestro interior ese deseo ferviente de decir: “me voy a comprometer”, “voy a hacer”, “voy a exigir que hagan...”
            Y así como desapareció de nuestra vista Juancito, ni bien arrancó el tren en esa estación, casi a su misma velocidad, esos pensamientos se fueron disfumando en los problemas personales y en la vorágine del día.-
  
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Presentación:

Este trabajo tiene como finalidad de realizar una búsqueda sobre la problemática que se presenta en la escolarización con los niños y niñas que se encuentran en situación de calle, y aquellos niños, que si bien no pernoctan en ella, en el transcurso del día ese es su lugar,

Los datos recopilados en este trabajo son de distintos medios, libros, artículos periodísticos, información de Internet, videos,  instituciones gubernamentales y privadas, y experiencias personales.

Los trabajos que se encuentran publicados sobre esta problemática  no están muy actualizados. Así mismo, resulta bastante difícil llegar a un número real de niños en situación de calle, ya que el relevamiento se hace dificultoso debido a que no tienen un lugar fijo de residencia.
Dentro de la Ciudad de Buenos Aires, se encuentra un mayor numero de chicos que pasan sus días en la calle cerca de las Terminales de trenes de Constitución y Retiro, en las plazas aledañas a éstas, en las bocas de subterráneos y por las noches en los umbrales de edificios de oficinas del microcentro de la ciudad.





                                      


¿A quién llamamos “niño de la calle”?

Al hablar de los chicos de la calle hacemos referencia a los niños y niñas que viven y hacen de la calle su lugar, ya sea solo, con amigos o con sus familias. Sus días y noches transcurren allí.
Carecen de sus derechos elementales, como el de ser protegidos, alimentados, educados y queridos. La escuela y la recreación, que deberían ser sus ocupaciones principales se encuentran muy distantes.
El acceso a una buena alimentación, a la educación, a la salud y a la protección contra todo tipo de violencia, a una buena vivienda y un medio ambiente saludable no les es posible
Son victimas de la pobreza, de la falta de proyectos, de las desigualdades, de la falta de oportunidades. Son excluidos de una sociedad que se encuentra en un proceso de globalización.
Es difícil conocerlos, ya que acceder a ellos no es fácil, sus vivencias, muchas veces de maltrato físico y psíquico, y colmado de carencias afectivas y emocionales, los hace poner a la defensiva y encerrarse en sus pensamientos, y cuando uno accede a ellos recibe como respuesta la ignorancia, el silencio, una palabra a la defensiva o una mentira que muchas veces refleja un deseo de algo que no es real.
Es difícil saber que sienten, la coraza que se ponen los protege y los hace lastimosamente invisibles ante una sociedad que gira la cabeza para no ver.
Actualmente esta situación va en aumento. Resulta difícil censarlos, ya que son una población que deambula de un lado a otro de la ciudad, muchos realizan algunas actividades solos o con sus padres –cartonean, limpian vidrios, abren puertas, hacen malabares- y otros delinquen o viven de lo que mendigan.

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¿A quién llamamos  “niño en la calle”?

Un niño “en la calle” es aquel que tiene una familia, o seudo-familia, con la que vive, pero vaga por la ciudad, solo o en compañía de amigos o familia. Esto puede ser por elección propia, o por obligación, ya sea para realizar algún tipo de actividad solo o en compañía de adultos –venta ambulante, mendigar, realizar malabares, cartonear- o delinquir.
Un niño que decide estar en la calle, seguramente lo hace por no encontrar en el seno de la familia la contención y el trato que le corresponde. Familias con problemas de adicciones –drogas, alcoholismo-, familias abusivas, con problemáticas de prostitución o delincuencia, hacen que los niños encuentren en la calle – o creen que lo encontrarán- un clima menos hostil que en su casa.
Otros niños son obligados a transcurrir en la calle la mayor parte del día, ya sea acompañando a la familia en la búsqueda del sustento diario, o bien, siendo explotados para que por medio de mendigar, realizar alguna tarea como venta ambulante, malabares, limpiavidrios, junten un dinero que es exigido al retorno a su hogar.
También hay niños que son alquilados por sus progenitores –por lo general los de más corta edad-, por personas que los utilizan para mandarlos a mendigar a esquinas, semáforos, trenes, subtes y estaciones de ésta últimas.

Llamaremos en este trabajo a los niños de la calle y a los niños en la calle, niños en situación de calle. (Es muy triste –y casi ofensivo- pensar que ellos son de la calle, que ella es su dueña o les pertenecen) y no de una familia.

Las características de estos grupos son similares, lo que los diferencia es el lugar de pernoctar, razón por la cual trataremos ambas  problemáticas juntas.
La exclusión que tienen estos grupos en la sociedad, hacen que se genere en ellos una violencia que los pone en riesgo, y que es generadora de un círculo vicioso (más exclusión, más marginalidad, más violencia, que a la vez genera mayor exclusión.

““Niños de la calle” es un término general que se aplica a la niñez en alto riesgo de
las áreas urbanas, sin tomar en cuenta las diferencias entre ellos. No son todos
abandonados, y no todos viven en la calle.  UNICEF distingue entre dos grupos de niños
según la situación de sus familias: La niñez  “en” la calle es el grupo más grande.
Trabajan en las calles pero mantienen relaciones cercanas con sus familias.  La mayoría
(aproximadamente un 75%) mantiene sus vínculos familiares, y aunque pasan mucho
tiempo lejos de ellos, sienten que tienen un hogar. Las niñas y niños  “de” la calle
(aproximadamente el 25%) están sin hogar y tienen los vínculos familiares rotos debido
a la inestabilidad o a la desestructuración en sus familias de pertenencia. En algunos
casos han sido abandonados por éstas  y en otros casos ellos mismos decidieron irse.
Comen, duermen, trabajan, hacen amistades, juegan en la calle y no tienen otra
alternativa que luchar solos por sus vidas.”…
Niñez en  situación de calle
Un modelo de prevención de las fármacodependencias
basado en los derechos humanos
Ariel Gustavo Forselledo-Psicologo

                    

                              


Derechos del Niño
Es una realidad lamentable  que los niños que se encuentran en situación de calle quedan muchas veces –por no decir siempre- fuera de los derechos que le corresponden y que figuran en la Declaración de los Derechos del Niño.
Como docentes, debemos tratar que estos derechos se cumplan, tenemos que hacerles conocer a los niños cuáles son los derechos que les corresponden, y enseñarles a realizar una lucha legítima y justa en pos de ellos.

Se encuentra resaltado en esta declaración, aquellos derechos que generalmente no se cumplen en los niños que se encuentran en situación de calle

 La Declaración de los Derechos del Niño fue aprobada por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 20 de noviembre de 1959, fue resultado una larga historia de debate en torno al reconocimiento de la prioridad que debe tener la protección de los derechos de la infancia. 
 

                                       
                                       Declaración de los derechos del Niño
Artículo1º.
El niño disfrutará de todos los derechos enunciados en esta declaración.
Estos derechos serán reconocidos a todos los niños sin excepción alguna ni distinción o discriminación por motivos de raza, color, sexo, idioma, religión, opiniones políticas o de otra índole, origen nacional o social, posición económica, nacimiento u otra condición, ya sea del propio niño o de su familia.
Artículo2º.
El niño gozará de una protección especial y dispondrá de oportunidades y servicios, dispensado todo ello por la ley y por otros medios, para que pueda desarrollarse física, mental, moral, espiritual y socialmente en forma saludable y normal, así como en condiciones de libertad y dignidad. Al promulgar leyes con este fin, la consideración fundamental a que se atenderá será el interés superior del niño.

Artículo3º.
El niño tiene derecho desde su nacimiento a un nombre y a una nacionalidad.
Artículo4º.
El niño debe gozar de los beneficios de la seguridad social.
Tendrá derecho a crecer y desarrollarse en buena salud; con este fin deberán proporcionarse, tanto a él como a su madre, cuidados especiales, incluso atención prenatal y postnatal.
El niño tendrá derecho a disfrutar de alimentación, vivienda, recreo y servicios médicos adecuados.
Artículo5º.
El niño física o mentalmente impedido o que sufra algún impedimento social debe recibir el tratamiento, la educación y el cuidado especiales que requiere su caso particular.
Artículo6º.
El niño, para el pleno desarrollo de su personalidad, necesita amor y comprensión.
Siempre que sea posible, deberá crecer al amparo y bajo la responsabilidad de sus padres y, en todo caso, en un ambiente de afecto y de seguridad moral y material; salvo circunstancias excepcionales, no deberá separarse al niño de corta edad de su madre. La sociedad y las autoridades públicas tendrán la obligación de cuidar especialmente a los niños sin familia o que carezcan de medios adecuados de subsistencia.
Para el mantenimiento de los hijos de familias numerosas conviene conceder subsidios estatales o de otra índole.
Artículo7º.
El niño tiene derecho a recibir educación que será gratuita y obligatoria por lo menos en las etapas elementales. Se le dará una educación que favorezca su cultura general y le permita, en condiciones de igualdad de oportunidades, desarrollar sus aptitudes y su juicio individual, su sentido de responsabilidad moral y social y llegar a ser un miembro útil de la sociedad.
El interés superior del niño debe ser el principio rector de quienes tienen la responsabilidad de su educación y orientación; dicha responsabilidad incumbe, en primer término, a sus padres.
El niño debe disfrutar plenamente de juegos y recreaciones, los cuales deben estar orientados hacia los fines perseguidos por la educación; la sociedad y las autoridades públicas se esforzarán por promover el goce de este derecho.

Artículo8º.
El niño debe, en todas las circunstancias, figurar entre los primeros que reciban protección y socorro.
Artículo9º.
El niño debe ser protegido contra toda forma de abandono, crueldad y explotación.
No será objeto de ningún tipo de trata.
No deberá permitirse al niño trabajar antes de una edad mínima adecuada; en ningún caso se le dedicará ni se le permitirá que se dedique a ocupación o empleo alguno que pueda perjudicar su salud o educación o impedir su desarrollo físico, mental o moral.


Artículo10º.
El niño debe ser protegido contra las prácticas que puedan fomentar la discriminación racial, religiosa, o de cualquiera otra índole.
Debe ser educado en un espíritu de comprensión, tolerancia, amistad entre los pueblos, paz y fraternidad universal, y con plena conciencia de que debe consagrar sus energías y aptitudes al servicio de sus semejantes.




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 La educación en la agenda pública

La educación básica no es, como debiera ser, un tema central de la agenda pública del país. La escuela aparece sistemáticamente interpelada cuando se trata de buscar responsables de los grandes problemas nacionales. Todos ellos son económicos (crecimiento de la economía, distribución del ingreso, empleo), sociales (la pobreza, la exclusión social la delincuencia, la violencia, la inseguridad, el alcoholismo, la mortalidad infantil) y  políticos (la crisis en la representación, la corrupción, el clientelismo, entre otros). Si muchos ciudadanos no consiguen empleo es porque no están capacitados, si tienen conductas que no respetan la vida propia y menos la ajena es porque no recibieron una buena formación ética y moral en la escuela. Todo esto es falta de calidad educativa.
La escuela de masas no está en condiciones de cumplir tan ambiciosas expectativas. Todo lo que sucede en la sociedad tiene impacto en la escuela. Los impactos tienen múltiples manifestaciones de la cuestión social contemporánea en la educación básica y plantea dilemas a quienes tienen la responsabilidad social de interpretar la crisis en la escuela pública.

Escolarización con pobreza

La década del noventa se caracterizó por la confluencia de dos fenómenos: el empobrecimiento y la exclusión masivos, que se juntaron en una masificación de la escolarización.  En 2002, cuando fue más fuerte la crisis social, la pobreza alcanzó el 80 % de los alumnos de la Educación General Básica.
La masificación de la escolarización fue notoria en la adolescencia.  La mayoría de los pobres están escolarizados, pero esto va de la mano con la exclusión social de la mayoría de adolescentes, ya que tienen grandes dificultades para completar los ciclos de obligatoriedad ___________________________________________________________________________.legal y social. La Educación General Básica es de 9 años, la segunda no la define la ley sino las condiciones reales de acceso a ciertos bienes estratégicos  como el trabajo.  Los hijos de familias desfavorecidas tienen pocas probabilidades de completar la escolaridad media.
No sólo hay más alumnos en la educación básica sino que éstos son diferentes desde el punto de vista social y cultural.  Pese a las mejores intenciones y como efecto de políticas erradas, el crecimiento de la escolarización se realiza por proliferación.  La escuela cambió no como resultado de un programa sino como efecto de las circunstancias inéditas que tuvo que enfrentar. Dados el carácter profundo y abrupto de las transformaciones sociales y la ausencia de política capaz de orientar el campo escolar quedó librada a la institución y sus actores la responsabilidad de adaptarse a las nuevas circunstancias.

Respuestas políticas

Las respuestas de las políticas públicas se concentraron en la aplicación de la Ley Federal de Educación:
 - Ampliación de la oferta escolar para hacer frente a la demanda de escolarización      .       especialmente la de los adolescentes de sectores populares.
 - “Políticas compensatorias” que buscan asegurar determinadas condiciones básicas para  garantizar el aprendizaje de niños y adolescentes de grupos sociales más desposeídos.
 - Producir cambios cualitativos en la oferta escolar que cambiara el sentido de la escuela y     se adaptara a las nuevas circunstancias del desarrollo nacional (cambio de niveles, renovación   de contenidos y métodos de aprendizaje).

La escolarización de los pobres y excluidos
En los 90 se dan dos fenómenos contradictorios: el  empobrecimiento y la exclusión masiva y la masificación de la escolarización de niños y adolescentes, esto acompañado de la incorporación creciente a los establecimientos escolares,  Hoy aunque las nuevas generaciones son más  pobres y también más escolarizadas, tienen dificultades para terminar los ciclos escolares de obligatoriedad legal y social.

Condiciones  para el  aprendizaje

Si no están dadas ciertas condiciones básicas, como alimentación, abrigo, contención afectiva, salud, no hay aprendizaje efectivo. La ausencia de esas condiciones ha obligado a determinar __________________________________________________________________________..cuáles son las “condiciones de “educabilidad”, (este término refiere a la cualidad que puede estar en mayor o menor medida en  los alumnos). Desde otro punto de vista  todos los niños son educables.
El etiquetamiento, las tipificaciones, y demás han demostrado cuál es la lógica y cuáles las consecuencias reproductoras y legitimizadoras de desigualdades de esta representación que opera en los mecanismos institucionales (sistemas de ingreso a las instituciones, exámenes, disciplina, etc) y en las mentalidades de los agentes escolares y familiares.
Para que un niño tenga éxito en el camino del aprendizaje se  tienen que dar condiciones sociales  previas, haber  satisfecho las necesidades materiales básicas como alimentación, y tener  niveles básicos de salud física y mental. Tener contención afectiva, ambiente psicológico sano y agradable, contar con el apoyo cotidiano de un adulto, que le dedique tiempo. Cuando se habla de educabilidad, se hace referencia a las condiciones necesarias, aunque no suficientes, para que el aprendizaje, cualquiera sea, no solo escolar, tenga lugar y progrese de manera efectiva.
La capacidad de aprender no es un concepto absoluto, sino relativo, salvo casos excepcionales de incapacidad psicofísica grave, todos los niños pueden aprender, si se les da la oportunidad adecuada a las condiciones materiales, sociales y psíquicas que estructuran sus vidas. El problema surge cuando los niños no tienen las condiciones básicas que condicionan el aprendizaje, o cuando poseen características particulares (situación social, lengua materna, cultura, etc) que no están consideradas en las instituciones escolares estándares..
Estar en la escuela y terminar el ciclo no es sinónimo de desarrollo de aprendizaje.

Excluidos
El núcleo de la exclusión es la no funcionalidad, el hecho de no cumplir ninguna función con respecto al todo social y respecto de los intereses de los grupos dominantes de la sociedad (los establecidos) Robert Caste los califica como supernumerarios, gente que está de más, que sobra, podrían no existir y los equilibrios básicos de la sociedad no se alterarían
Existen como conjunto de individuos, familias y comunidades, víctimas de la exclusión social. Pero también existen como sujetos sociales, dotados de capacidades variables de acción colectiva
El excluido tiende a ser estigmatizado, despreciado, desvalorizado.
 ______________________________________________________________________________  Los excluidos tienen grandes dificultades que superar para tener una presencia en los escenarios     públicos. Tienen dificultad hasta para resistir y defender las posiciones conquistadas. La consecuencia lógica es un deterioro del equilibrio de poder entre los grupos en desmedro de los excluidos.
Todos los nombres que se utilizan para denominarlos, son impuestos (desempleado, pobre, precario, informal, etc.). Cuando la exclusión es total se pierde hasta la capacidad básica de la propia identidad. Los pobres existen como realidad construida por quien los domina, quien les impone un nombre.
La consecuencia es la auto denigración y la desvalorización, la caída de la autoestima y todos los efectos paralizantes colaterales. Cuando esto sucede se está cerca de la deshumanización, y es la base de la violencia, delincuencia y criminalidad, lo cual tiende a reforzar los prejuicios y alentar las políticas represivas reaccionarias.






                           




¿Qué características podemos encontrar en un niño en situación de calle?

Desconfiados: Pueden creer que cualquier ofrecimiento que se les haga es con un fin de abuso, razón por la cual muchas veces rechazan la ayuda que se les ofrece.
Stress, Cansancio: Por el tipo de vida que lleva
Delgadez extrema, desnutrición: mala y escasa alimentación
Retraimiento: habla poco, se mantiene alejado
Aislamiento: No se integra al grupo.
Violencia: Se retrae y aísla, y se muestra agresivo para no tener que informar a los demás de su situación, y hasta puede inventar una situación de realidad de vida para no sentirse marginado.
Escapa: Al quedar expuesta su situación

Cada niño presenta distintas características, según las situaciones que le han tocado vivir. No todos van a actor de igual manera. Han sido condicionados por las experiencias vividas en la sociedad, que generalmente los condena y los quiere hacer cargo de su situación.


¿Qué podemos hacer cómo docentes ante estas problemáticas?

  “Nos hallamos ante un desafío (pertinente también al trabajo social) de que para brindarle protección, comprensión, afecto y mejores condiciones de vida, estás serán necesidades que deberemos volver a crear en el niño, en contraposición a la identidad elaborada en la calle. Sin olvidar rescatar la historia de los niños que estos tienen un origen que merece ser contado por más que provenga de condiciones extremas de miseria, tratando de establecer vínculos con su familia, comunidad, por que en cierta manera son parte de él y no penalizarlo y encerrarlo por un destino que seguramente él no eligió.”


Como docentes ante niños que sufran esta problemática deberemos:
-          Brindar contención afectiva
-          Protegerlo de la discriminación
-          Indagar si se encuentra solo o con su familia en esa situación
-          Tratar de procurarle alimento
-          Procurarle un lugar de asistencia física
-          Dar parte a algún organismo estatal o privado
-          Procurarle un lugar donde pueda asearse y procurarle vestimenta y calzado
-          Tratar de darle los medios para que siga escolarizado, ya sea facilitándole los elementos que requiera para dicha escolarización (útiles, guardapolvo, etc), y dándole apoyo y ánimo para poder seguir.


Lugares donde podemos recurrir al detectar algún niño en situación de calle
Atención.a.la.niñez.y.adolescencia.en.situación.de.vulnerabilidad.social

Coordinación.Equipo.Móvil

Amancio.Alcorta.1402,
Piso.2
Pabellón.Olivera
Línea gratuita 108

CAINA

Paseo.Colón.1366,
Piso.2
Tel.4300-8596/4300-2352        
4300-2352           
Lunes a Viernes de 8:30 a 16 hs

Dirección.General.de.la.Niñez.y.Adolescencia
México-1661
Piso.2
Tel. 4124-5912           
Línea de atención para chicos en situación de calle 108

Programa Okupakalle: Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Cordón sur-oeste del Gran Buenos Aires – con niños y jóvenes en situación de calle
Fundación Servicio Paz y Justicia
Piedras 730 (1070) Capital
Correo electrónico: serpaj@serpaj.org.ar
4361-5745


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Páginas de Interés
-Niñez en situación de calle
Un modelo de prevención de las fármacodependencias
basado en los derechos humanos
Ariel Gustavo Forse
http://www.iin.oea.org/forse.pdf

Niños en situación de calle: fortalecer a las familias como eje de la inclusión
http://www.periodismosocial.org.ar/area_infancia_informes.cfm?ah=153

Niños de la calle http://www.monografias.com/trabajos10/calle/calle.shtml
Desarrollo Social - Niñez y adolescencia
http://www.buenosaires.gov.ar/areas/des_social/niniez_adolescencia/atencion/equipo_movil.php http://www.buenosaires.gov.ar/areas/des_social/niniez_adolescencia/atencion/caina.php http://www.buenosaires.gov.ar/areas/des_social/niniez_adolescencia/?menu_id=167

Documentos.y.Publicaciones.del.GCBA http://www.buenosaires.gov.ar/areas/des_social/niniez_adolescencia/documentos/
Datos sobre Infancia en Argentina http://www.unicef.org/argentina/spanish/overview_11124.htm

Videos

Documental Niños de la calle http://www.youtube.com/watch?v=vR1PzUEkUKM

Los niños y la pobreza http://www.youtube.com/watch?v=qCmx_SAhgvo&feature=fvsr
Vivir en la calle http://www.youtube.com/watch?v=UVwS4-9v93A&feature=related

Los zombies de Pompeya http://www.youtube.com/watch?v=E6qoNOfaIwE&feature=related




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Conclusión Personal
Realizar este trabajo, fue tan gratificante como doloroso. La realidad a la que uno se enfrenta es un golpe que nos da en el alma. Cuesta aceptar que es muy poco lo que podemos hacer, pero tenemos que ser realistas que si no nos comprometemos, aunque solo sea un poco, esta situación irá en aumento.
Como formadores de personas, primero tenemos que asumir el compromiso de involucrarnos, y ponernos en acción, para así tratar de revertir en alguna medida este fenómeno social.
Inculcarles a nuestros alumnos el sentimiento de responsabilidad, compromiso y caridad, puede ser un punto de partida. Bregar y afianzar el sentido  de justicia, dignidad y equidad es necesario, al igual que fomentar el amor al estudio y al trabajo.
Enseñarles a valorar la familia y la amistad sobre todas las cosas y el respeto y la solidaridad hacia todos los seres humanos es uno de los objetivos que debemos priorizar.  


                    


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Bibliografía
La escuela y la exclusión social – Emilio Tenti Fanfani
La escuela tiene sentido – Fernando Onetto-

Niñez en  situación de calle -Un modelo de prevención de las fármacodependencias basado en los derechos humanos - Ariel Gustavo Forse

Niños en situación de calle: fortalecer a las familias como eje de la inclusión
http://www.periodismosocial.org.ar/area_infancia_informes.cfm?ah=153


Desarrollo Social - Niñez y adolescencia
http://www.buenosaires.gov.ar/areas/des_social/niniez_adolescencia/?menu_id=167

Unicef – Argentina





BIOÉTICA - Suicidio y Homicidio

BIOETICA: Suicidio y Homicidio
Trabajo de Teología III
Instututo Superior Marista
año 2011

               
Bioética

     La bioética es la disciplina filosófica que se ocupa de abordar de forma metódica y sistemática, planteando, enfocando y buscando resolver , los dilemas éticos que surgen en las ciencias de la vida: ciencias biológicas, las ciencias médicas, agro-veterinarias y psicológicas.
        Los interrogantes que nos surgen en este momento son:


  • ¿Cuándo termina la vida humana?
  • ¿Cuándo una vida humana debe ser reconocida como tal?
  • ¿Cuándo una persona deja de ser persona?
        Las preguntas son muchas y variadas.
        En éste trabajo nos enfocaremos en el Homicidio y el Suicidio

Homicidio
      Homicidio significa “dar muerte a un ser humano”. Es el acto de quitar injustamente la vida humana, perpetrado por una persona distinta a la víctima, mediante un acto individual deliberado. La maldad de ese pecado ubica primariamente en la violación al derecho supremo de Dios sobre la vida de sus criaturas.

       La acción de matar provoca la violación al derecho más visible y estimable del ser humano, que es la vida.

        El homicidio voluntario de un inocente es gravemente contrario a la dignidad del ser humano y a Dios. La ley que lo proscribe posee una validez universal, obliga a todos y a cada uno, siempre y en todas partes.

Clasificación:

El homicidio lo podemos clasificar en:



  •  Homicidio directo es un acto por el cual se le quita la vida a la persona en forma deliberada e intencional. 
  •  Homicidio indirecto es cuando la muerte resultante no formaba parte del objeto de la persona, ni como fin ni como medio para otro fin. La muerte de una persona es el resultado no deseado de una acción prohibida. 
          El dar muerte a otra persona es permitido exclusivamente ante la amenaza de un peligro equivalente a la destrucción de una vida humana. Debe existir una razón suficiente para proteger el bien común.
       No se debe traspasar el límite de la justa defensa personal para ello se tiene que dar las siguientes condiciones:
       El peligro percibido en contra de sí mismo o de otro debe ser real y por así decir, inminente y no meramente posible.
         No debe emplearse una violencia mayor a la necesaria para protegerse de un ataque violento.
         El deseo formal de quien se defiende debe ser únicamente el de proteger su vida y rechazar el ataque.
         En la legítima defensa no se debe quitar la vida al agresor sino detener su agresión.

       Dentro de los diez mandamientos que pertenecen a la revelación de Dios y que están grabados por Dios en el corazón del ser humano, encontramos el quinto mandamientos que dice:

                                                         “No Matarás”.
         La vida humana es sagrada, porque desde su inicio es fruto de la acción creadora de Dios.
      Solo Dios es Señor de la vida desde su comienzo hasta su término, nadie en ninguna circunstancia, puede atribuirse el derecho de matar a un ser humano inocente.
        El Antiguo Testamento considero siempre la sangre como un signo sagrado de vida. La validez de está enseñanza es para todos los tiempos.
       La Sagrada Escritura precisa lo que el quinto mandamiento prohíbe: “No quites la vida del inocente y justo”.
         En el Sermón de la Montaña, el Señor recuerda el precepto “No Matarás”.
        El homicidio voluntario de un inocente es gravemente contrario a la dignidad del ser humano, a la regla de oro y a la santidad del Creador.
         La Ley que lo proscribe posee una validez universal, obliga a todos.
         La alianza de Dios y de la humanidad está tejida de llamamientos a reconocer la vida humana como un don divino.

      La Iglesia Católica bajo el pontificado de Juan Pablo II, su encíclica EVangelium Vitae denunció el aborto, la pena capital y la eutanasia como formas de homicidio y, por tanto, inaceptables para un católico. Desde entonces, la iglesia sostiene que la pena de muerte ya no es necesaria si puede ser sustituida por el encarcelamiento.
        El Catecismo de la Iglesia Católica dice que «Si los medios no sangrientos son suficientes para defender las vidas humanas contra un agresor y para proteger el orden público y la seguridad de las personas, la autoridad pública debe limitarse a dichos medios, ya que corresponden mejor a las condiciones concretas del bien común, y están más en conformidad con la dignidad del ser humano».
Más exactamente, la Iglesia Católica sostiene que la pena capital debe ser evitada a no ser que sea la única manera de defender a la sociedad del criminal en cuestión, por lo que, en los sistemas penales actuales, una situación que solo pueda ser resuelta mediante la pena de muerte es rara si no inexistente. 

Para la Iglesia Católica:

  • · Es legítimo hacer respetar el propio derecho a la vida. 
  • · El que defiende su vida no es culpable de homicidio, incluso cuando se ve obligado a realizar un golpe mortal a su agresor. 
  • · Si para defenderse se ejerciera una violencia mayor que la necesaria se trataría de una acción ilícita. Pero   sí se rechaza violencia en forma mesurada, la acción sería lícita. 
  • · La legítima defensa no es solo un derecho sino un deber. 
  • · El quinto mandamiento condena como gravemente pecaminoso el homicidio directo y voluntario. 
  • · El homicidio indirecto e involuntario no es moralmente imputable, cuando la razón sea proporcionada al hecho. 
  • · El aborto, la pena capital y la eutanasia son formas de homicidio 
  • · La pena de muerte no es necesaria si puede ser sustituida por el encarcelamiento. 
Suicidio
          El término suicidio procede del latín sui-caedes que significa muerte de uno mismo. Para la Iglesia Católica, el suicidio contradice la inclinación natural del ser humano a conservar y perpetuar su vida. Además es contrario al justo amor así mismo y a los demás.
        El suicidio es la destrucción de la propia vida ya sea por medio de una acción o a través de una omisión voluntaria.
          Es contrario a la dignidad humana, nadie en condiciones normales desea su propia muerte. El hombre de forma natural trata de conservarse vivo por todos los medios posibles.
      Cuando se producen circunstancias extraordinarias, uno puede llegar a pensar que la muerte es preferible al sufrimiento, tanto que puede decidir quitarse la vida. 
           Eso no es un derecho, no existe, un pretendido “derecho al suicidio”.
           El suicidio es un grave ataque a la dignidad humana.

          Es un hecho evidente y de sentido común que la gente se siente a gusto y satisfecho en la vida, y no experimente ningún deseo de morir. Esto sucede porque de fondo hay una razón por qué vivir, son personas que han cultivado, siguen cultivando y desean cultivar objetivos y metas en su vida, tienen un por qué vivir y su vida tiene un sentido. Pero cuando no hay proyectos a realizar en la vida, ni metas, ni objetivos se cae en un sin sentido de la vida, no hay ganas de luchar y menos de vivir. Cuando no se encuentra la razón de ser se cae en un vacío.

       Hay que despertar mucho la confianza en Dios, en esas personas que sufren esas tentaciones de suicidio, ayudarles a valorar el don de la vida, el sentimiento del sufrimiento.

          La vida es un don tan grande y tan lleno de posibilidades que todos la aprecian como un gran tesoro. La misma naturaleza ha dotado al hombre de un fuerte instinto para preservar la vida: el instinto de conservación.

Clases de suicidio
       Existen varios autores y cada uno de ellos dividen al suicidio en varios tipos. Nosotros hemos elegido la clasificación de la moral clásica.

       La moral clásica distingue dos tipos de suicidio:
a) Suicidio voluntario en sí: el que es efecto de una acción directa por la que la persona se quiere quitar la vida. La muerte constituye el objetivo del que pone la acción. Se clasifica como suicidio directo.
b) Suicidio voluntario en la causa: el objeto de la voluntad no es la occisión propia. Se prevé la muerte como consecuencia de la acción, pero no se la quiere. Esta es un efecto de una acción indirecta. Es el llamado suicidio indirecto.

El suicidio voluntario directo es escogido por la persona, él mismo la ejecuta.
El suicido voluntario indirecto: la persona no puede suicidarse por sí mismo y encomienda a otro que lo ayude a realizarlo.

Historia y estadísticas
         
           En general en épocas anteriores la mayoría de los suicidios estaban motivados, más que por un deseo de la muerte, por un impulso de encontrar una solución rápida a un problema ético.
En el siglo XX estadísticamente esta comprobado que el número de suicidios han aumentado de forma espectacular.
              El número de suicidios en sociedades industrializadas es mayor que a los suicidios en los ambientes rurales.
             Aumentan con la duración del día y varía según las estaciones del año.
             Son más frecuentes al fin de la semana que al principio.
            Sobre la población mundial se dan aproximadamente diez suicidios por cada cien mil habitantes. Los países con mayor tasa de suicidios se da en Hungría, Austria, Checoslovaquia, Alemania, Dinamarca y Suecia.
            Las mujeres se suicidan menos que los hombres; el índice de suicidios femenino no llega a la mitad de los masculinos.
            El suicidio aumenta con la edad de las personas. El mayor número de suicidios se da entre personas ancianas.
           Cabe aclarar, que estos son estudios y apreciaciones de uno de los autores, y que esos dichos son a veces refutados por oros autores.

Causas del suicidio
       Las causas o motivos principales del suicidio suelen ser enfermedades que producen desórdenes psíquicos, dificultades graves en la vida, problemas afectivos, etc, que conducen a la práctica suicida sin importar consecuencias posteriores.
           Los suicidios no dependen del tipo de régimen político. Se dan indistintamente en países con régimen comunista o democrático. La mitad de los suicidios son consecuencia de un estado de depresión psíquica.           Los suicidios aumentan en aquellas sociedades en las que falta un claro sentido de la vida.
        En aquellas sociedades en las que los hombres tienen un profundo sentido de la religiosidad están menos expuestos al suicidio. Pero donde hay un ambiente materialista de la vida es más propicio para el aumento de los suicidios.
          Cuando existe un proyecto ético de vida en la que entran realidades espirituales, la persona encuentra siempre el sentido de la existencia.
          El materialismo está estrechamente relacionado con el egoísmo: se quiere tener, poseer por la propia y exclusiva satisfacción.
          En el caso de los bienes espirituales: la amistad, la solidaridad, la cooperación no pueden basarse en el egoísmo, la persona da lo mejor de sí misma.
          Una existencia religiosa encuentra siempre un sentido a la vida. Está comprobado, que el suicidio se da en personas que no tienen un profundo sentido espiritual de la existencia.

Puntos de reflexión ética frente al suicidio
          Desde la ética-moral se condena todo suicidio que proceda de la decisión deliberada del hombre, ya que el derecho de disponer de su propia vida no le compete al hombre. El ser humano no tiene ningún dominio sobre su existencia. El derecho a la vida le pertenece a Dios.

Puntos éticos respecto al suicidio:
  • · El suicidio va contra la inclinación natural y la caridad hacia uno mismo.
  • · Hay una obligación moral de conservar la vida y no atentar contra ella. La raza humana debe amarse a sí misma y por lo tanto no quitarse la vida.
  • · La práctica suicida viola los derechos de Dios.
  • · El suicidio atenta contra las obligaciones que el ser humano tiene para con la sociedad. 
  • · Atenta contra el derecho divino.
  • · Cada uno es responsable de su vida delante de Dios. Él es el dueño y soberano de nuestra vida.

          La persona que intenta el suicidio debe afrontar con responsabilidad las dificultades graves de la vida como: los problemas afectivos, los desordenes psíquicos, las enfermedades, y todo cuanto se presenta en la vida, y no por ello inmediatamente quitarse la vida como solución facilista a tales problemas.
         El ser humano debe buscar soluciones racionales y existenciales a ellos y no dejarse sucumbir. Debe afrontar con entereza las indudables dificultades de la vida.
       El suicidio de personas que tienen familia (marido o mujer, hijos, padres) es también un acto de injusticia respecto a sus parientes.
        Con el suicidio se pone en juego la condenación eterna del alma, pero Dios con su misericordia, puede facilitar el camino a la salvación ante un arrepentimiento genuino.
        La Iglesia ora por las personas que han atentado contra su vida.
     Para las personas que sufren la tentación del suicidio, se le debe despertar la confianza en Dios, ayudarlos a valorar el don de la vida, el sentido del sufrimiento, y estar cerca de ellos con el aliento y la oración.

 Formas de morir valoradas por la ética:

         Estas diferentes formas de morir valoradas por la ética son en referencia a enfermos terminales, o de cómo ayudar al otro al buen morir, de cómo debemos prepararnos ante ese momento tan particular en nuestra existencia, los dilemas éticos relacionados con el fin de la vida, los derechos de los enfermos y los criterios éticos médicos, así como la opinión de la Iglesia.
Dentro del género podemos diferenciar las siguientes especies:

  • · Eutanasia Activa Directa (Intencional).
  • · Eutanasia Activa Indirecta.
  • · Eutanasia Pasiva (Dejar morir en paz).
  • · Suicidio voluntario o auto eutanasia.
  • · Asistencia al suicidio.
       La eutanasia activa directa, es un acto que de hecho provoca de modo eficaz la muerte de un paciente. Pone término a la vida del paciente por motivos de sufrimiento físico, de su condición física o mental o porque se considera una carga social.
No cuenta con el consentimiento del paciente, quién toma la decisión y la ejecuta no es el paciente. También se lo conoce como Homicidio por gracia.

      La eutanasia activa indirecta se plantea cuando no queda otro remedio para calmar el dolor de una persona que administrarle ciertos analgésicos con los que se pretende disminuir su sufrimiento, pero que, al mismo tiempo le acortan el período de vida.
La intención consciente y justificada desde el punto de vista ético es calmar el dolor aunque ello acorte la vida.

      La eutanasia pasiva sería la omisión, es decir la no puesta en práctica de alguna acción inútil que pudiera prolongar la vida del paciente próximo a la muerte. Sería dejar morir y no interviene para alargar la vida de manera abusiva o irracional.

      El suicidio voluntario es cuando el paciente decide suicidarse o decide prescindir de tratamientos vitales. Ello puede ser una actitud éticamente legítima.
El médico respeta al paciente que en plena conciencia y en la efectiva posesión de la libertad decide suicidarse.
Se considera éticamente legítimo no continuar con tratamientos extraordinarios o desproporcionados, siempre que se asegure el no aumentar los sufrimientos del paciente.

      La asistencia al suicidio es cuando el médico facilita al paciente terminal que se quiere suicidar aquellos medios materiales que lo ayuden a llevar a cabo su intento.
La asistencia meramente material a un suicida consciente y libre que ha manifestado públicamente su deseo de no seguir viviendo, podría considerarse correcta pero en la práctica es sumamente peligroso, puesto que, entre la ayuda desinteresada y respetuosa a un suicida libre y el suicidio inducido y presionado o coaccionado, hay una diferencia muy difícil de discriminar en términos prácticos.
Es muy difícil evitar los abusos y las manipulaciones del paciente terminal. Se lo conoce también como homicidio compasivo a petición del enfermo.
      Algunos autores denominan al suicidio voluntario directo o indirecto como “ortotanasía” derecho a morir en paz.

Criterios Éticos.
Dentro del Código de Ética Médica existen axiomas fundamentales:
  • · Nadie es dueño de apropiarse de la vida de otro ser humano.
  • · No al ensañamiento terapéutico en una vida terminal.
  • · No a medios artificiales en situaciones terminales que prolonguen la vida en forma innecesaria.
  • · No al uso de medios extraordinarios en situaciones terminales.
  • · No a medios desproporcionados utilizados para alargar la vida de un enfermo terminal.
  • Iglesia y Eutanasia
        Para los cristianos la vida humana es un don sagrado y maravilloso, recibido de Dios. 'El hombre está llamado a la vida y a una plenitud de vida, que va más allá de las dimensiones de su existencia terrena... Lo sublime de esa vocación sobrenatural, manifiesta la grandeza y el valor de la vida humana, incluso en su fase terminal. Todo cristiano tiene el deber de respetar, valorar y defender la vida humana. No existen 'vidas inútiles' que sean cargas para los otros. El sufrimiento y el dolor no justifican ni dan derecho a disponer de la vida de un ser humano. La muerte no es el término final y último de la vida del hombre, ni un fin absurdo de la misma.
         Según la Iglesia, la mentalidad que ve a la eutanasia, o Suicidio como un derecho absoluto, nace de una visión que prescinde de Dios y que cree erróneamente que el hombre es dueño absoluto de su vida, siendo responsable sólo ante sí mismo de sus acciones.
          Por más que se quiera ver a la Eutanasia o el suicidio como un bien, no deja de ser un acto absurdo e inhumano que ningún fin puede legitimar.
        El personal médico y de enfermería debe estar al servicio de la vida y asistirla hasta el final, no puede prestarse a ninguna práctica eutanásica, ni siquiera ante la solicitud del interesado, y aún menos de sus parientes. En efecto, las personas no poseen un derecho a la eutanasia o al suicidio, porque no existe el derecho de disponer arbitrariamente de la propia vida. Ningún agente de la salud, por consiguiente puede hacerse tutor de un derecho inexistente.
      Esto no significa que tenga que prolongarse artificialmente la vida de una persona. Todos tenemos derecho a vivir y a morir dignamente. Pero esto no significa que se nos prolongue artificialmente la vida por medio de técnicas, medicamentos o aparatos que produzcan lo que se ha dado en llamar el encarnizamiento terapéutico.
      Es lícito en un enfermo terminal, recurrir a calmantes (aun con el riesgo de acortarle la vida) que permitan que el enfermo viva los últimos momentos de su vida sin sufrimiento innecesario. Es legítimo y digno desear una muerte sin desfiguración, dolor y aislamiento y no se opone al Evangelio. Un paciente terminal nos da muchas veces una lección enfrentando la muerte con gran dignidad, somos nosotros los que deberíamos acompañar al enfermo los que a menudo nos comportamos indignamente.


(Parte del trabajo de Teología III, Bioética: Suicidio y Homicidio)

Bustamante, Vilma
Aguilar Lissette
Pascual Rioja, Nancy

Problemáticas de la Educación


Niños en situación de calle
Introducción de trabajo sobre Problemáticas de la Educación

           El pequeño entró al vagón con paso apresurado pero inseguro. Apenas una mano estirada para asirse de  algo que lo estabilizara, mientras intentaba mantener el equilibrio cuando sostenía un yogurt con la otra. Es muy pequeño, su cuerpo delgado y su escasa estatura nos dice que tiene que tener entre 3 o 4 años. Su carita sucia de ojos brillantes y grandes, demuestran una madurez y seguridad que no es común a esa edad. La  ropa un tanto desalineada deja entrever que hace bastante que la lleva puesta.


            Juancito –sí, le pondremos un nombre, este u otro, pero en diminutivo, porque lo merece, porque le corresponde, porque se lo debemos, porque es un niño- elevó su mirada y girando la cabeza  se dirigió a la joven mujer que sostenía en sus brazos un bebe - ¿su madre, quizás?-  y le dijo: “¿comienzo por acá?”. Solo obtuvo como respuesta  un gesto afirmativo y luego ver su espalda mientras se dirigía a otro vagón.
Juancito quedó allí solo, parado en el medio del subterráneo haciendo equilibrio, mientras era esquivado por  pasajeros que se apuraban para ocupar los asientos.
               Pareciendo un malabarista se las arreglo para destapar el yogurt que comenzó a comer con avidez, a la vez empezaba a recorrer el pasillo y a repartir una pequeña estampita. Sus ojos te miraban -no se si te veían- el apuro era terminar de comer sin que se cayera el tarrito, a la vez tenía que repartir y juntar las estampas antes que el tren se detuviera.
              Los pasajeros, distraídos en su trajinar, apenas prestaban atención. Solo cuando se acercaba y  ponía enfrente la estampita, te llamaba la atención esa pequeña manito de uñas sucias, secas, que con gesto casi indiferente te exigía la tomaras. Después un cruce de miradas, y  la sorpresa mezclada con el dolor- ¿horror?-  de ver una criatura tan pequeña, sola en ese vagón. Se notó un silencio generalizado cuando casi todos los presentes comenzaron a tomar conciencia de su presencia, salieron de los bolsillos algunas que otras monedas, y hasta un caramelo –el único que le arrancó una sonrisa-, una que otra mirada, ojos que se agachaban en gesto de vergüenza y alguna sonrisa como pidiéndole perdón por su suerte…
               Y muy dentro de todos fueron surgiendo  interrogantes:  “¿Porqué tenía que ocurrirle esto?”, “¿Por qué me duele más él, que otro niño no mucho más grande?”, “¿Por qué es tan poco lo que hago?”, “¿…y sus padres?, “¿Por qué vivimos así?”. Y sentir en nuestro interior ese deseo ferviente de decir: “me voy a comprometer”, “voy a hacer”, “voy a exigir que hagan...”
            Y así como desapareció de nuestra vista Juancito, ni bien arrancó el tren en esa estación, casi a su misma velocidad, esos pensamientos se fueron disfumando en los problemas personales y en la vorágine del día.-