viernes, 8 de noviembre de 2013

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Como dormida 
se van quedando la esperanza.


 Lentamente
y hasta casi con delicadeza, 

la realidad la comenzó a acunar.

Así, 

despacito, 
silenciosa 
y como avergonzada 

la ilusión se comenzó a alejar 
con pasitos sigilosos

-quizás para que ni las lágrimas se enterasen 
que cada vez estaba más distante-.


Solo un vacío,
y el frío ese que te recorre el cuerpo por momentos 

aunque esté brillando el sol.


Solo silencio, 

aunque las palabras griten en mis oídos.


Solo querer ver un amanecer 

para seguir caminando.

Mano

Te miro dormir en esta cama blanca,  
te veo tan pequeña e indefensa, 
que no me alcanzan los brazos para acunarte ni el corazón para protegerte.
Por momentos la vida se me antoja injusta e inexplicable 
y busco casi desesperada un libro de quejas donde dejar plasmado mi enojo.

Se que no todo tiene explicación -al menos de manera racional- 

Que los designios de Dios son un misterio que tenemos que aceptar,
 pero me cuesta, por más buena voluntad que pongo.

Miro tus ojos y me lleno de ternura. 

Admiro tu fuerza -que desconoces- 
tratando de no preocuparme o tratando de evitar los sentimientos de los demás.

Estamos juntos -vos, yo, la familia-

Seguimos siendo los dedos de esa mano 
que se convierte en puño para defender y en caricia para consolar.


miércoles, 6 de noviembre de 2013

Protegiéndome

Es en momentos como éste, 
en los que para protegerme y mantener la cordura 
me sitúo en una barca en medio de éste océano tempestuoso que se esmera en salpicarme. 
Me acomodo lo mejor que puedo, y trato de ignorar las gotas heladas que caen una tras otra entumeciendo mi cuerpo.
Dejo que mi mente se remonte más allá de los nubarrones 

y me permito la sonrisa y los buenos pensamientos. 
Me acerco al sol, que con su calor reconforta mi alma y entibia mi cuerpo mojado y frió.
Es en momentos como éstos 

que me invento un salvavidas y de tanto pensarlo  se materializa, 
y sé que si caigo en estas aguas, no podre hundirme.
Es en momentos como éste
que puedo mirar de afuera, (cuando en realidad estoy adentro)
 y sacar lo mejor de mi para seguir avanzando.