Es en momentos como éste,
en los que para protegerme y mantener la cordura
me sitúo en una barca en medio de éste océano tempestuoso que se esmera en salpicarme.
Me acomodo lo mejor que puedo, y trato de ignorar las gotas heladas que caen una tras otra entumeciendo mi cuerpo.
Dejo que mi mente se remonte más allá de los nubarrones
y me permito la sonrisa y los buenos pensamientos.
Me acerco al sol, que con su calor reconforta mi alma y entibia mi cuerpo mojado y frió.
Es en momentos como éstos
que me invento un salvavidas y de tanto pensarlo se materializa,
y sé que si caigo en estas aguas, no podre hundirme.
Es en momentos como éste
que puedo mirar de afuera, (cuando en realidad estoy adentro)
y sacar lo mejor de mi para seguir avanzando.
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